domingo, mayo 01, 2005

Libertad germánica y neopaganismo en la clase trabajadora, proletaria y en la cultura socialista alemana (2ª parte)

Henning Eichberg


FESTIVIDADES DE MAYO, FIESTAS PAGANAS DE PRIMAVERA Y CULTO AL TRABAJO

Además del solsticio, el 1 de mayo se interpretaba también por los socialistas alemanes como un día de la lucha internacional de la clase trabajadora y la vinculaban a las costumbres paganas de primavera. Ya en 1880, Wilhelm Libknecht apelaba a los lejanos orígenes socialistas del 1 de Mayo": Hace milenios que el 1 de Mayo es día festivo, no sólo en las naciones germánicas sino también en las latinas. Es la fiesta de la primavera y el renacimiento de la tierra. Por lo tanto, el 1 de Mayo es la elección festiva más afortunada de todas las fiestas del mundo del trabajo al estar santificada por una tradición milenaria."

Aunque la fiesta del 1 de Mayo complementaba ciertos puntos de vista económicos y políticos con la mirada puesta definitivamente en el futuro, recibía, por esta referencia pagana, un elemento diferente que se integraba en el diseño socialista de esta festividad. Únicamente desde una consideración superficial de la historia del socialismo, basada en las ópticas frecuentes hoy día, puede parece contradictorio que un viejo revolucionario socialista como Liebknecht formulase referencias a las fiestas paganas de la primavera, a las tradiciones milenarias y a los aspectos sagrados que se derivaban de ellos. Pero los socialistas de la época ciertamente se referían a ellos. En 1905, el periódico SDP se ilustró, en honor a la festividad de mayo, con dibujos del artista popular y neopagano Fidus. La primera página mostraba al dios radiante de la primavera (Baldur), rodeado de humanos desnudos al modo de los antiguos germanos. Fidus hizo después dibujos también para los anarquistas y los librepensadores así como para aquellos derechistas que estaban impregnados de religiosidad germánica y de la adoración nacionalista del pueblo.

La fiesta de mayo, anticristiana y de colorido pagano, acabó llegando a los estamentos más elevados de la política en 1919, cuando el nuevo gobierno republicano propuso hacer de él una fiesta nacional. Los debates en el Reichstag los abrió el ministro socialista del interior, David: "El 1 de Mayo, se celebra la naturaleza primitiva y sobrevive en muchos lugares dentro de los cuentos y las costumbres populares. Se siente una inmensa alegría de vivir, el regreso del sol y de la luz, el despertar de la naturaleza con una bocanada de flores. Al elegir este día, los trabajadores combatientes introdujeron en la naturaleza antigua celebraciones de un elevado ideal cultural."

El portavoz del ala derecha le respondió diciéndole que la dignidad del trabajo se expresaba mejor en la fiesta cristiana de la recolección. Como cristiano, le señaló que si bien en la agitación del 1 de Mayo, el aspecto religioso permanecía, pero lejos del de los domingos y de otras fiestas públicas cristianas. Con el aplauso de los nacionalistas germánicos (Deutschnationalen), concluyó diciendo que se negaba a apoyar el reconocimiento legal del 1 de Mayo e invitó a todos los diputados de sensibilidad cristiana a que se le uniesen.

A continuación de este debate, se creó un cisma visible entre los socialistas paganos y una facción de la oposición que permanecía profundamente cristiana. Esta oposición incluía a los portavoces socialdemócratas que hacían referencia a Jesús de Nazaret e insistían en que la ética cristiana no podía ser borrada. Los librepensadores del movimiento socialista se adhirieron a su interpretación pagana de la festividad de mayo y la desarrollaron aún más. Por ejemplo, en 1928 un periódico del Círculo de Lectores Socialdemócratas declaró:
"El carácter del 1 de Mayo, celebrado como el día de mayor participación del año entre muchos antiguos, es tanto más interesante cuanto su contenido ideológico no queda limitado a una exaltación de la tierra nueva, sino que introduce también una variedad de tópicos culturales relacionados con el trabajo(...) Entre los celtas, los druidas distribuían el fuego de la nueva tierra el 1 de Mayo. Esta distribución del nuevo fuego era una costumbre dotada de un significativo sentido sacro; el carácter santificador del trabajo figuraba entre los más relevantes(...) el pensamiento de la mayoría de los pueblos primitivos estaba en gran parte regido por un sentimiento de veneración a las herramientas de trabajo, a las plantas y a los animales domésticos. Se encuentran los mismos propósitos en la adoración del martillo: se jura al martillo, sella los contratos, bendice los matrimonios y se usa como amuleto. Se pone como talismán en las puertas de los cobertizos del ganado y en las viviendas, más tarde en las puertas de las ciudades. El signo cristiano de la cruz es el viejo signo del martillo. El arado, la barca, la rueda, el carro, la hoz y, sobre todo, el fuego, gozaban de la misma veneración.
El fuego es particularmente significativo porque es el símbolo de la unidad social, de una comunidad socialista de trabajo y vida.

Es el viejo fuego de la horda lo que encontramos aquí. La ceremonia del fuego se añade a las reuniones populares más importantes: la gran "Thing". Lo mismo que para el antiguo "Merkergeding" una asamblea que generalmente tenía lugar en la época de la festividad de los Walpurgis, también llamada "Meigeding" (Thing de mayo) o, en los documentos más antiguos, "Meyengedingen", el origen de las cuales se pierde en el tiempo. Era el encuentro más solemne de los miembros de una comunidad de colonos fronterizos. No se debía a razones arbitrarias que la fiesta de la primavera y el agrupamiento de los pueblos tuviesen lugar conjuntamente. Los dos acontecimientos tenían una raíz social. En el espíritu de aquellos tiempos remotos, era completamente normal asociar la vuelta a la vida de la tierra con la solución de los problemas de la comunidad porque los dioses eran factores de unidad.

La decadencia y, por último, la desaparición de estas comunidades de colonos de las estepas, junto con sus métodos de gestión de la economía y del bienestar público mediante la utilización de un gran componente de ética social, no supuso necesariamente la desaparición de la fiesta de mayo. Por el contrario, esta festividad no dejó de tener connotaciones sociales muy claras ni tampoco ni de expresar conflictos de clase. Los juegos de mayo, que se celebraban alrededor del árbol de mayo después de que éste fuese solemnemente erigido, era a menudo el lugar de las sátiras de los agricultores y de los artesanos del proletariado urbano y que iban dirigidas contra sus opresores y explotadores. En este sentido, las obras de teatro de los ingleses son especialmente interesantes. Robin de Hood aparece allí como "el rey de mayo" y un héroe popular. ¿Qué significaba eso? ¡Robin Hood! ¡Robin Hood! ¡Robin Hood! ¡ A los ricos se lo quita y a los pobres se lo da!
La festividad de mayo fue la más imponente de la historia de la ingeniería humana. En 1889, con el congreso internacional de París, se elevó hasta alcanzar el rango de fiesta mundial del proletariado. Así fue como se estableció un puente sobre un milenio.

En este texto socialista de 1928, ya no se trata sólo de cuestión de comportamiento externo o de explicaciones románticas -fuegos de solsticio, etc. Por el contrario, se ofrece una visión sinóptica de la "Thing": la adoración del fuego y el árbol de mayo, la fiesta de la primavera, la adoración del trabajo y la lucha de clases. La fiesta de mayo, por consiguiente, recibió contenidos que eran paganos, socialistas y materialistas históricos. Los documentos que se acogen a referencias paganas y mitológicas de la cultura obrera socialista son tan cuantiosas que uno se pregunta cómo han podido pasar desapercibidas hasta ahora. Lo mismo podría decirse de las cabalgatas con halos religiosos, del nudismo de la clase trabajadora (considerado como un acto de liberación) y el movimiento de librepensadores dentro del proletariado militante alemán.

Estas omisiones no sólo revelan el espíritu limitado de los analistas sino también la arrogancia de una naturaleza metodológica implícita en el seno de los medios de comunicación. Estos resurgimientos, socialistas y neopaganos al mismo tiempo, no eran proezas teóricas que emanaron de algunos líderes derechistas o socialdemócratas. La razón por la que nuestros historiadores contemporáneos no la han tomado con seriedad se debe a que el movimiento fue narrado en periódicos cotidianos, en libros infantiles y en gráficos. Ciertamente no en literatura socialista "seria".

Por lo tanto, se escondió un capítulo entero de la historia de la cultura de oposición de la clase trabajadora y nos hemos perdido una profundización importante en las motivaciones que condujeron a la formación de organizaciones proletarias significativas, a movimientos de una juventud trabajadora, a los círculos de "amigos de la naturaleza" y a los librepensadores. Pero una búsqueda por parte de los pioneros actuales, que están comenzando a liberarse del intelectualismo pretencioso y de la pura teoría, revela una religiosidad alternativa socialista. Al estudiar las formas espontáneas de la festividad y la necesidad de religión que se siente y vive por parte de los trabajadores, en Rusia se vio cómo los rasgos del neopaganismo tomaban forma tras la toma del poder por los bolcheviques. Por tanto tuvimos a los "creadores de dioses", a los que se refirieron Anatoli Lounatscharski y Máximo Gorki. Entre los demócratas occidentales de Alemania y Bélgica, Henri De Man hizo un esfuerzo parecido al organizar el socialista "Thingspiele" junto con los nacionalsocialistas.

Un examen de todo este material muestra que es bastante posible que pudiera haber una continuidad directa o una analogía estructural entre la cultura neopagana de la clase trabajadora de 1900-1933, por un lado, y los intentos en una línea muy similar por redescubrir raíces mitológicas en la década de 1970, por otro. Debemos desarrollar nuevas interpretaciones de naturaleza estructural, como si rellenásemos una brecha. Por otra parte, nos parece más exacto decir que los románticos de izquierda daneses y alemanes de finales del siglo XIX y del siglo XX son fuente de inspiración más contemporánea.